A mi madre [c]

Poema lunfardo

Tangotexte: Otilia Da Veiga

Su paisaje era arisco, socavón y mineros,
su sueño adolescente no conocía el mar.
Pero la vida taya con sus designios fieros,
y en un vaivén de olas la arrancó del hogar.

En el gris de sus ojos se espejaban luceros
y con su paso, el aire se mecía en su andar
Ella le dio a mi padre sus amores primeros,
hasta el fin, cadenera de su rumbo y su afán

En los hijos que supo acunar su desvelo
encontró el desarraigo su alegría y consuelo
y aprendió a amar la tierra de su laburo diario
llenó de bendiciones la estrella de este cielo
del que recibió todo. Hasta el abecedario.